
Estoy de acuerdo con todo, aunque en este blog se pueden ver numerosas excepciones en ambos sentidos; o sea, que hay tapas redondas en las aceras y cuadradas en las calzadas; pero bueno, también es frecuente que haya tapas en las que no se corresponde el texto grabado con lo que luego contienen.
Ya puestos, aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid para dar paso a unas breves consideraciones lingüisticas sobre la palabra alcantarilla. El Diccionario de la Academia dice, entre otras cosas que:
alcantarilla.
(Del dim. de alcántara).
1. f. Acueducto subterráneo, o sumidero, fabricado para recoger las aguas llovedizas o inmundas y darles paso.
2. f. Boca de alcantarilla.
Y si uno va a "alcántara" se encuentra con que:
alcántara.
(Del árabe hispánico alqánṭara, este del árabe clásico qanṭarah, y este quizá del griego κέντρον, centro de círculo).
1. f. En los telares de terciopelo, caja grande de madera, en forma de baúl, con la cubierta ochavada y entreabierta, que se coloca sobre las cárcolas y sirve para guardar la tela que se va labrando.
O sea, que por un lado, estamos ante las tapas que conducen a acueductos fabricados para recoger "aguas llovedizas o inmundas", y por otro ante una etimología compleja, que nos lleva del árabe hispánico al árabe clásico, y quizás hasta el griego.
Tremendo de toda tremendidad. Siempre pensé que mi futuro profesional estaría ligado al mundo de los chiringuitos de la playa, pero el descubrimiento de líneas de investigación de este calado me llevan a pensar que tal vez me deba orientar hacia una buena tesis doctoral sobre cuestiones lingüísticas de nuestro rico tejido alcantarillero. A ver.