O sea, no sólo me envía alcantarillas de lugares exóticos sino que me sugiere líneas de investigación para adentrarme en el mundo de la lexicología de las tapas de las bocas de los conductos que recogen las aguas llovedizas, las inmundas... y los cables de los semáforos.
Qué gran sobrina (ahora, mentiría quien dijera que sobrina no hay más que una: por lo que a mí respecta, hay doce).
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